Según revela este jueves La Razón, la semana pasada las protestas del Gobierno de Marruecos llevaron al Ejecutivo a detener los vuelos militares habituales entre Melilla y el peñón de Alhucemas, destinados a llevar abastecimientos a la guarnición militar destinada en la zona. Los helicópteros que cubren la ruta pasan sobre aguas y territorio marroquí por un acuerdo firmado hace veinte años.
A principios de semana, un helicóptero sobrevoló la zona, algo que irritó al rey Mohamed VI, que disfrutaba de sus vacaciones en yate en una zona próxima. Su Gobierno llamó al español para expresar su malestar y el Ejecutivo pidió disculpas a través del Estado Mayor de Defensa. A finales de semana se produjo otro vuelo, y en esta ocasión, la indignación del rey marroquí llevó al Gobierno de Zapatero a ordenar la suspensión de los vuelos entre Melilla y Alhucemas.
Según el diario, tras esta orden las cúpulas militares de ambos países trabajaron para llegar a un acuerdo que no dejara al peñón sin abastecimiento y sin relevo. La solución no llegó hasta este miércoles, cuando las autoridades marroquíes concedieron permiso para que se pudiera volver a efectuar vuelos en la zona, una orden que llegó, por fortuna, dentro de los plazos previstos para el relevo de los efectivos en el peñón.
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